Leo en "
EL Surco del Sembrador" el articulo "
El ejemplo de la anciana heroica: un mensaje civil desde otra generación" que me obliga a la reflexión. Básicamente es un comentario extenso a un artículo del Universal donde se relata que una anciana le da unas buenas bofetadas a un maleante que la amenazaba con un arma.
Hay serias discusiones sobre si la señora fue valiente o simplemente estúpida. En mi opinión fue valiente como solo puede serlo alguien de su edad, no imagino a un padre de familia o a una ama de casa haciendo tal cosa. Lo que es cierto es que llegado el momento, la señora supo vencer el miedo natural a la muerte y enfrentar a un idiota amenazándola con un arma. Pero ella no iba por unos asaltantes (que si lo eran), no iba a enseñarle a la policía como hacer su trabajo (que falta les hace a todos), iba simplemente tras alguien que había golpeado su auto y se había fugado.
Lo que comenta el autor del post me parece rescatable en muchos sentidos, mas allá de si la señora fue imprudente o no, creo que definitivamente cuando el gobierno (federal, estatal o del D. F.) no hace nada por que hace tiempo la delincuencia lo rebasó, cuando muchos viven sabiendo que es posible no regresen a casa al salir a conseguir el pan del día, cuando los padres se enteran que sus hijos están enganchado a las drogas demasiado tarde, es hora de hacer algo, y !OJO! no hablo de crear escuadrones de la muerte, o de andar linchando delincuentes, la violencia, no sirve mas que para demostrar que seguimos siendo animales estúpidos. Hablo de UN CAMBIO DE ACTITUD, de no dejarnos, de levantar la voz ante condiciones de trabajo injustas, de no ceder a la mordida, cuando uno comete una infracción la cometió y ya, no hay de otra, lo acepta y paga y aprende a conducir mejor; hablo de comunicarnos con los menores, ponernos a su nivel y entenderlos, ¿o que? ¿nadie se acuerda de las burradas que hacia de joven? hablo de no dejar que el abusivo policía cobre por lugares "apartados" en la vía publica.
La vida no es fácil, ser responsables de nuestros actos es quizá lo más difícil de lograr en nuestro paso por el mundo, si ¿y? ¿vamos a dejar que el país se vaya al carajo, heredandoles peores condiciones a los niños de hoy? Solo piensen en eso, cada objeto robado que compramos, cada copia pirata que nos venden, cada cigarro de mariguana, línea de coca, piedra, tacha y demás porquerías tienen atrás una historia de delincuencia, de gente lastimada o asesinada, de policías o funcionarios corruptos, que son los mismos que después nos quieren sacar "para el refresco" por pasarnos un alto.
Cada acción motivada por la apatía, por la flojera, por el "mientras a mi no me agarren" es un grano mas a la porquería que vamos a dejarle a los niños. Vivamos impecablemente, haciendo todo con seriedad, responsabilidad y compromiso, y si no nos gusta algo, veamos como cambiarlo, que muchas empresas pequeñas y grandes quiebran por empleados que odian su trabajo pero no hacen nada por mejorar, empleados mediocres que solo miran el reloj de salida mientras se escapan para el cafecito, la cháchara con los compañeros o de plano leen el periódico.
Enseñemos a amar la escuela a los pequeños con el EJEMPLO, un niño que no ve a sus padres tomar un libro, que no lo llevan a museos, exposiciones o conciertos, que no tienen una actitud crítica ante la televisión y las idioteces de los que solo buscan el dinero, dificilmente aprenderá a amar el conocimiento. Un niño al que se le exigen solo buenas calificaciones pero que es practicamente torturado al ayudarlo en sus deberes, solo aprenderá a ver la escuela como algo de lo que escapar. Un niño que es ignorado, maltratado o se le deja hacer todo lo que quiera sin enseñarle limites, sin enseñarle responsabilidad, sin enseñarle compromiso, bajo el pretexto de "tengo que trabajar para que tengas lo mejor" o "no te levantas hasta que no termines" será presa fácil de abusadores, tendrá mas propensión a buscar a esos extraños que si lo aceptan y le brindan apoyo, esos mismos que vienen de hogares similares y que incapaces de enfrentar la vida terminan enviciandose con el alcohol, las drogas o el dinero fácil.
Solo hay una forma de cambiar nuestra vida, solo hay una forma de hacer, no un mundo o un país, empecemos por una familia mejor, con respeto, comunicación, amor participativo y activo en contacto humano (no estando ausente todo el día para darle "lo mejor" en objetos costosos), pero sobre todo llevando una vida honesta, íntegra, activa, con verdaderos valores, eso de tener el coche del año, de ver las series de moda gracias a la televisión por cable, el tener un ipod o un x-box, o la televisión de pantalla gigante, nada, absolutamente nada tienen que ver con valores, con amor o ser mejores en ningún sentido, son lujos, y como tales no indispensables ni necesarios, herramientas útiles carentes de un valor social (no debieran tenerlo al menos), que no nos hacen mas felices ni enseñan nada a las nuevas generaciones, antes que eso, pensemos en dar un buen abrazo a nuestros seres queridos y preguntarles como estuvo su día.
El ejemplo de la señora es digno de reconocimiento,por que simplemente no se dejo llevar por la apatía, fue tras alguien que hizo algo malo y lo enfrento, que fuera un delincuente o estuviera armado solo la obligo a seguir adelante, empujada por todos sus valores y lo que creía correcto, eso es valor y vivir con dignidad. A ver si lo recordamos la próxima vez que veamos un delito y pensemos en alejarnos y olvidar lo que vimos, en lugar de llamar a los responsables de vigilar la seguridad. Y ojalá aquellos que convivan con personas mayores o que de plano las traten con la punta del pie, lo consideran, por que mas allá de sus achaques, de sus manías, de lo insoportables que pueden ser cuando el carácter se hace agrio, hay un ser humano, que vivió en un mundo distinto y nos puede enseñar muchas cosas. Mi sugerencia: en familia, todos juntos, haciendo de mediadores, acerquemos a los niños a los ancianos y provoquemos largas charlas, les hará bien a todos.
La imágen es en la colonia donde vivo, cinco adolescentes, tres de ellos jugando con su teléfono celular, dos mirando, escena cada vez más común. ¿Esto es lo que esperamos de nuestros jovenes?
